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La biomasa en Andalucía, una fuente de riqueza para la región

Natalia González Herez                                                                                                                    

Directora Gerente de la Agencia Andaluza de la Energía

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La Comunidad andaluza cuenta con un importante potencial de biomasa, estimado en 3.958 ktep/año, lo que supone un 22,5% del total del consumo de energía primaria de la región en 2013.
 
De las 8.759.700 hectáreas que configuran Andalucía, un 29,6% es forestal y un 44,3% agrícola. Además, el olivar, bosque mediterráneo por excelencia, supone casi el 39% de la superficie agrícola, siendo éste una importante fuente de biomasa, tanto agrícola como industrial, con huesos, orujos y orujillos como subproductos que son aprovechados como biocombustibles de elevada calidad. La riqueza de nuestro olivar puede aportar una parte nada despreciable de la energía consumida y su aprovechamiento energético permite la sustitución de combustibles fósiles, mayor autoabastecimiento y diversificación energética y contribuyeal mantenimiento de la actividad en zonas rurales. Andalucía ha sentado las bases que nos han permitido alcanzar la posición de liderazgo en el ámbito nacional que actualmente ocupa la región en el campo de la biomasa. Al elevado potencial mde recurso biomásico y a la arraigada conciencia de su utilización y aprovechamiento, se une la disponibilidad de nuevas tecnologías que permiten un uso más seguro, eficiente y limpio de la biomasa.
 
                                                                                                                                                                           
Andalucía tiene un gran potencial en biomasa, suficiente para abastecer el 22,5% del consumo de energía primaria
 
 En la actualidad, la región cuenta con un importante parque de instalaciones de generación eléctrica: 18 plantas de biomasa con una potencia total instalada de 257,48 MW que en 2013 tuvieron un consumo de casi 724 ktep, lo que nos sitúa a la cabeza en el panorama nacional. A esto debemos sumar otras 17 instalaciones de biogás, con cerca de 30 MW, ubicadas en vertederos y en depuradoras de aguas residuales. Por ello, y por su gran valor estratégico en el plano socioeconómico, el Gobierno andaluz, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, impulsa desde hace más de una década este recurso renovable con ayudas a la inversión, participando en proyectos para la optimización de la logística y el desarrollo de maquinaria, investigando en cultivos energéticos, participando en proyectos europeos que permiten la transferencia de conocimientos o colaborando con organismos oficiales y entidades de normalización en la redacción de normativa que permita avanzar en el aprovechamiento de nuestras biomasas, etc. Tal es su potencial, que alrededor de la biomasa andaluza ha crecido un importante tejido empresarial. Se estima que la operación y mantenimiento de las plantas de generación eléctrica andaluzas generan alrededor de 438 empleos anuales. Por su parte, la logística de la biomasa agrícola y forestal asociada a dichas plantas crea 240 empleos anuales. En cuanto al sector industrial de la biomasa térmica, éste agrupa a 20 empresas que generan 255 empleos, cuya actividad se centra en la fabricación de equipos domésticos, calderas industriales, secaderos, generadores de aire caliente y gasificadores. Y muy importante también es la instalación, operación y mantenimiento de las instalaciones de biomasa térmica, que es realizada por más de 200 empresas en Andalucía. Andalucía no puede ni debe dejar pasar las oportunidades que, con la tecnología actual, nos brinda nuestra abundante riqueza de recurso. Obviamente, el sector de la bioenergía en Andalucía, como en el resto de España, está sufriendo las consecuencias  de la actual política energética nacional que, cambiando las reglas del juego de forma sobrevenida, ha generado un clima de desconfianza e incertidumbre en el sector que, en los momentos actuales, no deberíamos permitirnos.
 
LÍDERES EN CONSUMO DE BIOMASA TÉRMICA
 
Respecto a los usos térmicos, Andalucía es la primera Comunidad en consumo de biomasa, con 514.000 toneladas equivalentes de petróleo en 2013. En este sentido, debemos destacar la evolución en el número y tipología de instalaciones en lo últimos años, principalmente en el sector de la edificación y gracias, en buena medida, al apoyo de la Junta de Andalucía que, desde el año 2009, impulsa estos proyectos a través del Programa de Subvenciones para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía.
En primer lugar, la extensión de los incentivos en el ámbito doméstico y residencial, donde se han incentivado con cerca de 42 millones de euros, más de 20.000 actuaciones para la producción de energía térmica (algunas de ellas instalaciones mixtas solar-biomasa), que han motivado una inversión en la región de cerca de 100 millones de euros y han supuesto una potencia térmica instalada de más de 550 MW. El 92% de estas actuaciones han sido para la adquisición de chimeneas tecnológicas o estufas de pellets para hogares. En segundo lugar, la Agencia Andaluza de la Energía ha favorecido la puesta en marcha de proyectos en el sector hotelero que ha optado por el uso de biomasa en sus instalaciones, demostrando que existe tecnología de calidad con la misma fiabilidad y prestaciones que los combustibles convencionales, pero utilizando un combustible autóctono y medioambientalmente respetuoso. Algunos ejemplos los encontramos en la cadena de Hoteles Barceló, el Hotel Playa Ballena (Rota) o el hotel Sierra de Cazorla, en la Iruela. Los colegios y residencias de personas mayores también han optado por estas soluciones tecnológicas, así como los ayuntamientos, que las han implantado en sus instalaciones municipales, como en las piscinas de Chipiona (Cádiz), Cazorla (Jaén), Cómpeta (Málaga), Puente Genil (Córdoba) y Adra (Almería), entre otras muchas. Por último, destacar la incorporación en el mercado de las empresas de servicios energéticos, que han tenido mucho que ver en la mejora del diseño, la instalación y la operación de las instalaciones, permitiendo una profesionalización del sector.
 
Estamos a la cabeza de España en consumo de biomasa térmica y somos líderes en capacidad de producción de biodiésel
 
 
Estamos en el camino, aunque aún queda mucho por recorrer y debe fomentarseel uso de instalaciones eficientes como las redes de climatización o “District Heating” que, junto a las tecnologías de generación de frio, permiten cubrir también la elevada demanda de refrigeración en nuestra región.
 
Por suerte, están prácticamente superados los recelos que los usos térmicos de la biomasa presentaban hasta hace muy poco, especialmente para el usuario doméstico, que ahora encuentra una oferta tecnológica amplia, con facilidades de encendido automático y sencillez de limpieza, y con los más modernos sistemas de automatización y control.
 
Contar con una regulación estable en materia energética es crucial para el futuro del sector renovable, clave en el desarrollo sostenible de un país


BIOCOMBUSTIBLES
 
El mercado de los biocombustibles sólidos, principalmente pélets, se encuentra aún en un proceso de ajuste oferta-demanda que hace que se estén  produciendo situaciones paradójicas. El gran incremento de instalaciones de biomasa térmica originó la pasada campaña problemas de abastecimiento puntuales, por lo que los distribuidores tuvieron que recurrir a la importación de países como Portugal e Italia entre otros. Andalucía cuenta con 7 fábricas de pélets, con una capacidad total de producción de 41,2 ktep/año, que, en 2013, no estuvieron funcionando a su plena capacidad, por diversos motivos. Cabe esperar que esta situación se solvente a medida que avance el grado de madurez del mercado, se mejoren los aspectos logísticos y de gestión y tengamos una coyuntura económica más favorable. Por otra parte, los biocarburantes propician la descarbonización y la disminución de la dependencia energética en un sector como el del transporte, caracterizado precisamente por su escasa diversificación de combustibles. Y todo ello, empleando el mismo parque de vehículos y estructuras de almacenamiento y distribución, y manteniendo las prestaciones para el conductor. Así, en 2012, el uso de biocarburantes en Andalucía supuso el 9% si nos referimos a contenido energético. Andalucía lidera la capacidad de producción de biodiesel en España. Contamos con once plantas operativas que suman una capacidad de producción de 1.281,8 ktep/año. De éstas, siete son de biodiésel, dos de ETBE (Etil- TerButil-Éter) y dos de HVO (Hidrobiodiésel). Estas plantas han supuesto una inversión privada cercana a los 340 millones de euros y la Junta de Andalucía ha concedido incentivos por valor de 11,49 millones de euros. No obstante lo anterior, hay que tener en cuenta que el consumo de biocarburantes se limita, casi exclusivamente, al porcentaje obligatorio de mezcla en gasolinas y gasóleos, que se ha reducido hasta el 4,1% en lugar del 7% fijado para 2012. Además, la competencia con terceros países y la aplicación a los biocarburantes del impuesto especial a los hidrocarburos, están condicionando la viabilidad de esta actividad. Sería necesario, por tanto, impulsar medidas para consolidar este incipiente sector, reforzando su competitividad. Así, entre las acciones que se están llevando a cabo, se encuentra el establecimiento de una normativa de cuotas para que el biodiesel que compute a efectos de la obligación de consumo provenga de aquellas plantas con cuota asignada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Andalucía, con 5 plantas, es la Comunidad Autónoma con mayor cuota asignada, 1.049.000 toneladas que representa un 21% del total, que confiamos sirva para aumentar la actividad industrial andaluza.
 
I+D+i
 
En este escenario, la I+D+i debe ocupar, si cabe, un papel aún más protagonista en cuanto al desarrollo de esta tecnología. Por un lado, el papel de las distintas universidades andaluzas en este campo es especialmente relevante, como por ejemplo las Universidades de Sevilla, Almería y Huelva en el campo de las microalgas o la Universidad de Jaén con su investigación en la obtención de etanol a partir de poda de olivar. La Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía financia proyectos de investigación, innovación y desarrollo en el ámbito de la energía, considerándolo un sector prioritario, en el marco de su Orden de Incentivos de 18 de enero de 2012, modificada por la Orden de 27 de junio de 2013 y, posteriormente modificada por la Orden de 1 de abril de 2014. Por otra parte, el Centro Tecnológico de Tecnologías Avanzadas (CTAER) que fomenta la I+D+i y la transferencia de tecnología relacionada con las distintas energías renovables. Concretamente, el área de biocombustibles sólidos, ubicada en el Parque Tecnológico del Olivar de Mengíbar, está haciendo una importante labor en la caracterización de biomasas del olivar y en la homologación y laboratorio de pruebas e investigación en equipos de generación térmica.
 
EXPECTATIVAS DE FUTURO RESPECTO A LA BIOMASA EN ANDALUCÍA
 
En cuanto al futuro, sería crucial contar con una regulación energética segura y estable. Dirigida a reducir la dependencia del exterior de nuestro país, lo cual va a lastrar nuestra competitividad a corto-medio plazo. Sin duda, aprovechar los recursos de los que dispone cada territorio debería ser una estrategia inteligente a seguir, si bien de forma sostenible, también en términos económicos.
 
Las fuentes de energía renovables son una gran riqueza de Andalucía y en sí mismas constituyen una pieza clave para la innovación hacia un modelo económico sostenible que nos permitirá avanzar en el horizonte del 2020 en la senda de la suficiencia energética. La Junta de Andalucía está ultimando las líneas estratégicas que marcarán su política energética en el período 2014-2020. La Estrategia Energética de Andalucía 2020 avanza en la transición para alcanzar un sistema energético bajo en carbono, democrático, competitivo, seguro, de calidad y basado en el uso de los recursos energéticos limpios autóctonos. Nuestros objetivos están concebidos en consonancia con los definidos por la política europea y su consecución en 2020 permitirá a Andalucía ocupar una situación de referencia energética entre las regiones europeas. En consecuencia con lo anterior, en Andalucía, de aquí a 2020, nos hemos propuesto alcanzar una serie de objetivos:
 
• Reducir un 25% el consumo tendencial de energía primaria.
 
• Aportar con energías renovables el 25% del consumo final bruto de energía.
 
• Autoconsumir el 5% de la energía eléctrica generada con fuentes renovables.
 
• Descarbonizar en un 30% el consumo de energía y mejorar un 15% la calidad del suministro energético, respecto a 2007.
 
Sabemos que son objetivos ambiciosos, por encima de los objetivos nacionales y comunitarios, pero creemos que estamos en condiciones de alcanzarlos, al haber trabajado duro en esa senda los últimos años.
 
La Estrategia Energética de Andalucía dará cabida a numerosas acciones relacionadas con la biomasa, a través de los distintos programas que se desarrollarán gracias a la financiación de la Unión Europea. Ello implicará que apliquemos una buena parte de los recursos financieros, en particular, al desarrollo de este sector, lo cual exigirá, a su vez, un esfuerzo en materia de innovación, investigación y desarrollo. Por supuesto, implicará igualmente incrementar nuestro grado de especialización industrial y empresarial, centrándonos en aquello que sabemos hacer bien y en aquello de lo que nuestra economía tiene potencial de crecimiento.
 
Obviamente, el aprovechamiento del recurso de la biomasa constituye una oportunidad en este sentido, tanto por la cantidad de la que se dispone, como por el tejido científico, empresarial e industrial que se ha ido creando en nuestra región. Europa debe avanzar en su especialización en aquellos sectores en los que decididamente puede ser competitiva.
 
Es muy importante contar con objetivos energéticos claramente definidos, de forma que todos sepamos dónde dirigirnosy generar confianza entre consumidores e inversores. Pero igualmente importante es que esos objetivos energéticos contribuyan al crecimiento económico, la generación de empleo y al cumplimiento de los compromisos en materia de reducción de emisiones de gases causantes del efecto invernadero.
 
 
Fuente: www.retema.es